Joaquín: "Hablo cuatro idiomas y aprendo rápido, fue a partir de mi trabajo porque soy conductor de camión internacional. Conduzco camión, autobús, tanque... lo que haga falta"
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Joaquín, un 'Fósforo' del programa 'Herrera en COPE', ha compartido con Alberto Herrera los detalles de su profesión: es conductor de camión internacional. Respondiendo a la pregunta sobre qué es imprescindible en su trabajo, Joaquín ha revelado que su habilidad para los idiomas es fundamental, ya que habla cuatro de ellos para desenvolverse en sus rutas por Europa.
El transportista ha explicado que su dominio de las lenguas no era previo a su trabajo, sino una consecuencia directa de él. "Si lo llego a saber, me hubiera metido a traductor en La Haya", ha comentado con humor. Este aprendizaje sobre ruedas le ha permitido conducir vehículos como camiones, autobuses e incluso tanques por todo el continente.
Su método es la inmersión total. Joaquín ha asegurado que aprende un idioma nuevo en solo dos o tres meses residiendo en el país. La clave, según él, es evitar los círculos cerrados: "Me mezclo con la gente, yo no me mezclo con los grupitos de españoles". Gracias a esta facilidad, ha recorrido países como Bélgica, Alemania, Polonia, Suiza y Portugal, siendo Francia un punto de paso casi constante. "Con dos o tres meses que vivo en el país, aprendo perfectamente, además, con el acento y todo", ha afirmado.
En el momento de la llamada, Joaquín se encontraba de regreso de un viaje a Frankfurt, Alemania. En su camión transporta un stand de farmacéutica recogido en una feria alemana, con destino a Madrid, previsiblemente para ser instalado en una exposición similar en IFEMA.
La historia de Joaquín no es la única que ilustra las singulares vivencias de los transportistas. En la misma sección del programa, 'La hora de los Fósforos', otro camionero llamado Gabriel compartió una experiencia muy diferente, centrada en las aventuras culinarias que encuentra en sus rutas por Europa. A diferencia de la habilidad lingüística de Joaquín, el fuerte de Gabriel es el estómago y una curiosidad que prefiere no satisfacer.
Gabriel relató que, en sus frecuentes viajes a Bélgica y Holanda, suele calentar comida que lleva de casa, pero a veces opta por probar productos locales de puestos ambulantes. Describe cómo le sirven fritos en envases de cartón, con "cinco o seis variedades" de contenido desconocido. Su lema ante esta incertidumbre es claro: "El secreto está en no preguntar", admitiendo que, aunque intuye que es carne, no siempre está seguro y prefiere no indagar.
La anécdota más llamativa fue la de "una cosa redonda" similar a un Sanjacobo congelado. Al morderlo, encontró algo duro que apartó pensando que era un hueso. Sin embargo, un segundo bocado reveló otra pieza similar. "El cuadrado era todo una mezcla de cosas duras que espero fueran huesos. Pero nunca lo sabré", confesó el camionero, quien optó por dejar el misterio sin resolver, una anécdota que refleja las sorpresas de la vida en la carretera. Escúchalo aquí.




